Inteligencia, Cognición y Emocionalidad del Hamster

Este es un tema que he querido tratar hace mucho, pero lamentablemente no había podido recopilar la cantidad de información necesaria.
Todos, en algún momento de nuestro tiempo junto a nuestros pequeños, nos hemos preguntado cómo se siente, si es que siente, qué tan inteligente puede ser o si entiende lo que le queremos comunicar. En este post abordaremos estas incógnitas, desde un punto de vista más técnico, intentando aclarar vuestras dudas.

Empecemos por definir ciertos conceptos importantes para poder profundizar en el asunto:

Cognición: En este caso animal, es el estudio de sus capacidades mentales. Es un proceso mediante el cual un animal recibe información de su entorno, a través de sus sentidos, la procesa y crea una respuesta. Su estudio se ha desarrollado a partir de la psicología comparada, la etología y ecología del comportamiento.
La investigación se realiza utilizando técnicas establecidas como laberintos, cajas de Skinner  y similares, la que se complementa con el estudio en hábitat natural. Los resultados son arrojados a largo plazo y requieren de un gran número de repeticiones del experimento.
Dentro de la cognición se evalúan determinadas características, las cuales son:

• Atención: Se centra en la habilidad para distribuir la atención en las distintas propiedades de un estímulo. Por ejemplo, distinguir alimento de lo que no lo es. 
• Memoria: A corto plazo y espacial, la cual consiste en recordar lugares específicos.
• Cognición Espacial: Habilidad de desplazarse y la búsqueda visual.
• Uso de Herramientas: Algunos animales pueden aprender a usar elementos del entorno para lograr un fin determinado (por ejemplo abrir su jaula o conseguir alimento)
• Resolución de Problemas: Algunos animales poseen razonamiento abstracto, que les permite solucionar situaciones relativamente complejas con un fin (supervivencia, obtención de alimento). Esta es una capacidad innata en algunas especies y desarrollable en otras.
• Lenguaje: La habilidad para comunicarse entre sus congéneres. Hay especies, como los delfines, que poseen un lenguaje muy rico y complejo, que les proporcionan características cognitivas más "avanzadas".
• Conciencia: Este es un tema que resulta controversial para muchos ¿Los animales tienen conciencia de sí mismos?, Pues mediante algunos estudios, como la prueba del espejo de Gordon G. Gallup (1), se da determinado que algunas especies sí poseen autoconciencia, como grandes simios, elefantes, cetáceos y algunas aves. La Declaración de Cambridge sobre la Conciencia afirma que la gran mayoría de animales no humanos tienen conciencia (2).
• Razonamiento Matemático: Se sabe que algunas especies pueden distinguir cantidades diferentes y utilizan sistemas de contabilidad simples. Ciertas especies, como los elefantes, pueden desarrollar aritmética simple.

Como podemos apreciar, son diversos factores los que definen la cognición de un animal, resultando importante destacar que, si bien todos presentan procesos cognitivos, éstos pueden desarrollarse de diversas formas, con algunos aspectos más avanzados y otros más primitivos, dependiendo de a lo que necesite adaptarse cada especie. También deberemos resaltar que, si bien hay animales muy inteligentes, esta se encuentra lejos de compararse a las capacidades intelectuales de un ser humano.

Si pasamos esto a los roedores, y hacemos una especie de ranking, la rata parda sería la coronada con el primer lugar, ya que demuestra una gran capacidad de adaptarse a casi cualquier circunstancia. Diversas pruebas han dejado en claro sus notables dotes físicos y mentales. Incluso, se les ha reconocido su capacidad de prever algunos tipos de catástrofes, lo que les permite sobrevivir a ellas.
Dentro de este ranking, de los roedores que nos interesan, el jerbo estaría en el quinto lugar.

Pero lo que nos importa es hablar sobre los hamsters, y hasta ahora no los hemos mencionado, pues, como dije anteriormente, estos animalitos aún no han sido del todo explorados y se desconocen muchos aspectos de ellos, al menos en esta área.

Como criadores sabemos que nuestros pequeños no los podemos considerar "einsteins" del mundo animal, ni siquiera de los animales de compañía. Más aún, tampoco son los más inteligentes dentro de su familia roedora (ya que, como vimos, es la rata). Pero no por ello sería justo tratarles de poco brillantes, ya que, haciendo un particular de cosas, pueden resultar muy buenos. Por ejemplo, en buscar nidos.
Como todos los animales, el hamster tiene el instinto de buscar alimento y seguridad, tratando de hacerlo de modo que resulte eficiente acuerdo a sus características. Su estrategia principal para sobrevivir consiste en minimizar la exposición al peligro (principalmente al ambiente y depredadores). Esto lo consiguen seleccionando un nido adecuado.
Lo curioso de esto, es que hay miles de nidos adecuados, e incluso los no domésticos construyen sus propias madrigueras, ¿Cómo sabe un hamster qué es un nido adecuado? ¿Tiene en su memoria las características que debe seleccionar para escoger su madriguera? Pues ello se debe a su habilidad de asociar patrones, quizás por instinto, o por instrucción heredada de sus antepasados (se ha comprobado que animales que no son completamente criados por sus padres tienden a no saber realizar cosas características de su especie), pero algo hay en él que le permite saber cómo es un nido y cómo debe hacerse o seleccionarse, para vivir adecuadamente.
Otro ejemplo muy común y relacionado al anterior, es que ellos siempre sabrán qué material es más adecuado para su nido, saben elegir lo más suave y cómodo dentro, y el resto de material alrededor para complementar. Ellos nunca pondrán algo que les haga daño (al menos no directamente) en su hogar.
Por último, es interesante destacar su habilidad para resolver laberintos y encontrar alimentos escondidos.

Por ello podemos decir que no son animales que carezcan del todo de intelecto, ya que al menos evidencian, de algún modo, presencia de atención, memoria y cognición espacial. 

Para reforzar estas ideas, tenemos un artículo publicado por Cornell University (3) que señala que hay diferentes áreas del cerebro actuando cuando reconocemos a otros individuos que dependen de las emociones relacionadas a él. Este fenómeno se conoce como reconocimiento individual, característica presente en vertebrados y algunos invertebrados.
En este experimento se crearon encuentros sociales entre hamsters sirios, y luego se examinó su actividad cerebral relacionada. El autor señala que utilizó hamsters ya que indica que su actividad cerebral es muy similar a la nuestra, y que son mucho más sofisticados de lo que la mayoría de las personas piensa.
En estos encuentros, se puso a un hamster A frente a un hamster B, con quien tuvo una pelea; y frente a un hamster C, con quien fue indiferente.
Luego de un tiempo, al poner a los 3 animales juntos, el hamster A rechazó al B, pero decidió acercarse a C. Demostrando con ello que A sí reconocía (y almacenaba recuerdos) a ambos congéneres.
Lo anterior se reafirma con un libro (4) que sostiene que los hamsters son capaces de reconocer el territorio de otro congénere por medio del olor que éste utiliza para marcaje, y que pueden distinguir entre uno y otro individuo según dicho aroma.

Otro experimento desarrollado por W. T. Tomlinson (5) señala que los hamsters, por medio del olfato y la vista, tienen una gran habilidad para recordar información espacial,  explicando que pueden armar rápidamente esquemas en su mente del sitio en donde se encuentran e ir agregando nueva información a medida que van explorando. Un cambio en el sitio ya explorado les hace devolverse a investigar ya que no concuerda con el "mapa" que tienen en su memoria, por lo que deben rearmarlo.
Este estudio también afirma que los hamsters recuerdan relaciones espaciales complejas, tanto la ubicación y distancia entre objetos, como la forma de éstos y la topografía de un mapa en general.
Un hecho relacionado, y mencionado en post anteriores, es que ellos reconocen su territorio y saben llegar a su nido por medio de el olor que éstos expelen.

Un artículo similar (6) indica que estos pequeños pueden reconocer a través de la vista puntos de referencia para ubicarse en el sitio donde se encuentran y establecer rutas para volver, por ejemplo, a su nido, elemento llamado integración del camino. Lo que se traduce en una continua actualización de este esquema mental que mencionamos para seleccionar las vías más rápidas de acceso, así como reajustarlas en caso de inconvenientes y cambios del ambiente.

Siguiendo con este tema, el libro anteriormente nombrado (4) nos habla sobre un sistema que utilizan los hamsters y otras especies para desplazarse y ubicarse llamado navegación por estima, que consiste, en este caso, el de ubicarse espacialmente basándose en la posición de uno mismo, es decir, de su propio camino recorrido a través del esquema mental que poseen.
Esto supone una gran desventaja que muchas veces la integración del camino no es suficiente para compensar, ya que en caso de darse muchas vueltas sobre uno mismo, pueden desorientarse y perder su ruta fácilmente. Sin embargo, es una gran amiga al momento de viajar de noche cuando no pueden utilizar la vista para situarse.

Todo lo anterior da cuenta de una gran y muy desarrollada cognición espacial.

Por último, pasando al aspecto emocional, en un artículo publicado por investigadores de la Universidad de Liverpool (7) se describen estudios conductuales realizados en estos pequeños que sostienen que tienen estados de ánimo. Ya que los hamsters no nos ofrecen una retroalimentación en este aspecto, el saber si son felices o no es algo relativamente complejo. Para el experimento desarrollado se utilizó algo llamado sesgo de juicio, que consiste en un comportamiento compartido por muchos animales donde se actúa de forma más optimista cuando se siente bien emocionalmente.
De forma resumida, el experimento se realizó en base a colocar dos grupos de hamsters en jaulas, una con bebederos de agua dulce y todos los implementos necesarios para ejercitarse, dormir, y llevar una buena vida; y otro grupo con bebederos de agua amarga y una jaula más austera.
Luego de un tiempo, se añadieron bebederos de agua dulce y amarga a ambas jaulas, y observaron el comportamiento.
Según el sesgo de juicio, los hamsters más "felices" estarían más abiertos a probar los bebederos nuevos (con agua amarga), mientras que los otros no tendrían ánimos de probar (aunque tuvieran agua dulce), ya que preferirían no arriesgarse a lo nuevo.
Esto se cumplió, demostrando que los hamsters si tienen estados de ánimo (ya que no podemos de hablar de felicidad propiamente tal, más bien de comodidad o buena disposición).

Para terminar con el aspecto emocional, se puede decir que el hamster carece de las funciones cerebrales que son responsables de las emociones (felicidad, tristeza, vergüenza, ira, etc.). Pero experimentan miedo y comodidad, que son funciones menos especializadas. Esto quiere decir, por ejemplo, si le quitas un juguete a tu pequeño, él no se sentirá triste, pero sí incómodo puesto que estaba acostumbrado a tener ese juguete en su jaula.

Concluyendo, podemos destacar que los hamsters, aún al no ser los más inteligentes de la familia, sí poseen una muy desarrollada cognición espacial, memoria y atención. Lamentablemente en el ámbito emocional son más básicos quizás de lo que nos gustaría, pero es importante destacar que sí sienten y es nuestro deber el procurar que estén bien en este ámbito (y en todos, en realidad)
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Si bien este post no resuelve todas las dudas en cuanto al aspecto cognitivo emocional de nuestros pequeños, sí es un gran avance en el tema, sobretodo debido a la gran falta de información e investigación relacionada, que es aún menor en nuestro idioma.
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Ya que utilicé algunos artículos publicados (no todos están en español), dejaré algunas de las referencias por si a alguien le interesa corroborar lo que escribo.

1) Ramirez H. (2016). La prueba del espejo de Gordon Gallup. 2017, de Más Psicología

2) Francis Crick Memorial Conference 2012: "Consciousness in Human and non-Human Animals", 7 de julio de 2012, Cambridge, Reino Unido.

3) Cornell University. "Hamster Study Shows How Our Brains Recognize Other Individuals." ScienceDaily. ScienceDaily, 10 March 2006.

4) Shettleworth S. (2010). Cognition, Evolution, and Behavior. England: Oxford University Press.

5) Tomlinson, W.T. & Johnston, T.D. Animal Learning & Behavior (1991) 19: 185.

6) Thomas S Collett, Paul Graham, Animal Navigation: Path Integration, Visual Landmarks and Cognitive Maps, Current Biology, Volume 14, Issue 12, 2004, Pages R475-R477, ISSN 0960-9822

7)  Emily J. Bethell, Nicola F. Koyama. (2015 July). Happy hamsters? Enrichment induces positive judgement bias for mildly (but not truly) ambiguous cues to reward and punishment in Mesocricetus auratus. Royal Society Open Science